Por más sano y variado que pretendamos alimentarnos, hay algunos errores básicos cotidianos que incrementan nuestro peso y nos alejan de una vida saludable.
Saltearse el desayuno u otras comidas: el desayuno debería ser la comida más importante del día y deben ingerirse pan, queso, cereales y frutas. Además, dejar de hacer alguna de las comidas principales o las colaciones no contribuye a la pérdida de peso, sino que todo lo contrario.
Pocas frutas y verduras: lo ideal es comer de cinco a nueve porciones diarias de frutas y verduras. Como mínimo dos ensaladas y dos frutas.
Ingerir grasas malas: los alimentos fritos, las azucares refinadas y las comidas procesadas engordan y dañan el corazón, hígado y riñones.
No consumir alimentos con calcio: es importante ingerir lácteos, semillas y verduras verdes que aportan calcio. Tomar leche no es bueno para los adultos.
Salar demasiado las comidas: los especialistas aseguran que los alimentos sin sal ya aportan la cantidad de sodio necesarios para nuestro cuerpo, el aporte extra de sal es únicamente por sabor o costumbre pero pueden causar hipertensión, dañar las arterias y retener líquidos.
*Comer comida al paso alimentarse rápidamente con alimentos procesados rápidos y no dedicar el suficiente tiempo a los alimentos, es una de las principales causas del aumento de peso. Lo mismo sucede al abusar de deliveries.
Consumir harina refinada: esta forma de harina con la que se elabora el pan blanco, galletas, pastelería y pastas, carece de contenidos nutricionales importantes, por lo que es “enriquecida” con distintos tipos de productos para mejorar sus consistencia, durabilidad o sabor, logrando un producto final con pocos rastros naturales. Incrementa el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, de colesterol o sobrepeso.
Abusar de los productos light: lo que engorda es comer de más, si se abusa de alimentos reducidos en calorías también se subirá de peso.