Algunos factores insospechados pueden estar detrás del aumento de peso, además de los sabidos sedentarismo, dieta y componente genético. Te contamos siete de ellos.
Todos sabemos que los hábitos alimenticios son responsables de nuestro peso, así como, en menor medida, los genes también tienen mucho que ver. Por supuesto, sabemos que el no hacer ejercicio también engorda… pero el caso es que otros factores también contribuyen, y son más insospechados.
1. Contaminación:
Los contaminantes ambientales han sido relacionados con mayores índices de obesidad, según diversos estudios divulgados por el diario español El País.
Según estos estudios, algunos de estos contaminantes ambientales son sustancias que se hacen pasar por hormonas (actúan como disruptores endocrinos, según la jerga científica), confunden al organismo y desatan desarreglos metabólicos que modifican los procesos de acumulación de grasa.
2. Antibióticos:
Según un estudio realizado en 2012 y divulgado por CNN, existe una correlación entre la obesidad y el uso temprano de antibioticos en los niños.
Un estudio con ratones registró resultados similares. Los investigadores creen que podría deberse a la forma en que los antibioticos cambian la bacteria intestinal.
Es preciso conversar con los médicos y especialistas sobre este asunto, y siempre usar correctamente – y lo menos posible – los antibiótios.
3. Falta de sueño:
Es sabido que la falta de sueño según un estudio realizado en 2013, nos motiva a comer está relacionado con una menor capacidad de tomar buenas decisiones respecto a lo que comemos. Esto lo corroboran varios estudios, entre ellos uno divulgado por la revista Nature en 2013.
Pero no solo eso, dormir poco o mal también afecta negativamente a nuestro metabolismo, lo que a su vez tambien nos hace engordar.
4. “Adicción” al auto:
Ok, este factor está ligado a la falta de ejercicio, pero por su particularidad y por lo extendido que está merece un capítulo aparte.
En las ciudades de hoy en día, principalmente en las de América, hay un gran predominio de este transporte motorizado y aunque hagamos buenos propósitos como apuntarnos al gimnasio, nada sustituye el ser activos en el día a día. No hace falta que vayas al trabajo en bici (aunque la verdad, sería lo ideal), sino que puedes alternar las caminatas con el transporte público. Camina lo más posible.
5. Los light:
Alimentos supuestamente saludables porque son bajos en grasa normalmente son productos industrializados a los que se les añaden grandes cantidades de azúcar o sal, que no solo hacen engordar sino que son muy perjudiciales para la salud, al elevar el riesgo de diabetes o de enfermedades como el cáncer. La receta: más comida de verdad.
6. Las ensaladas de los restaurantes de comida rápida:
Con añadidos como pan tostado, fiambres y otros ingredientes poco dietéticos, cada una tiene de medidas unas 1.200 calorías, dice CNN. Lo peor son las salsas, ricas en químicos, azúcar, sal y otras “delicias”.
7. Bacterias intestinales:
Diversas investigaciones han descubierto que las personas cuyos intestinos carecen de “diversidad microbiana” tienen mayor riesgo de aumentar de peso. Mientras más tipos de bacterias tenga una persona en su intestino, mas bajo será su riesgo de obesidad.