¡Inspirador! Mueren tomados de la mano, tras 62 años juntos

Un matrimonio de Bakerfield, California, falleció tal cual vivieron toda su vida, tomados de las manos.

Mueren tomados de la mano, tras 62 años juntos.
Mueren tomados de la mano, tras 62 años juntos.

La pareja que llevaba 62 años de matrimonio, murió con tan solo cuatro horas de diferencia. La primera en partir fue Maxine, quien sufría un avanzado cáncer, mientras que su esposo Don Simpson, dio su último respiro cuando la familia procedía a llevarse el cuerpo inerte de su mujer.

Según señaló el diario MailOnline, el estado de ambos se agravó hace dos semanas, cuando Don sufrió una caída y se fracturó la cadera, hecho que lo obligó a internarse en un hospital. De inmediato su esposa, Maxine, también ingresó luego de que el cáncer la debilitara.

Tras hablar con los médicos y evaluar los pronósticos de ambos, la familia decidió trasladarlos hasta su hogar, donde pudieran estar juntos en sus últimos días.

‘Sabía en mi corazón que esto iba a ocurrir – la abuela y el abuelo estaban destinados a estar juntos e iban a morir juntos también’, dijo su nieta Melissa Sloan a KERO News.

‘Los mantuvimos juntos, con sus camas una al lado de la otra’, dijo Sloan.

‘La abuela despertó y lo vio junto a ella, luego se tomaron de las manos, ellos sabían que estaban uno al lado del otro. No pasó mucho rato y la abuela dejó de respirar”.

‘Cuatro horas después, saqué el cuerpo de ella del cuarto, y regresé a ver como estaba el abuelo, él había dejado de respirar en cuanto me la llevé de la habitación’, aseguró Sloan.

La pareja era inseparable desde que se conocieron por primera vez en una bolera en Bakersfield, California, y se casaron unos años después.

Don, quien era de Dakota del Norte, estudió Ingeniería Civil, carrera que eventualmente lo llevó a trasladarse a Bakersfield, donde vivía Maxine.

Durante sus más de seis décadas de matrimonio, la pareja viajó por todo el mundo y adoptaron dos hijos en el camino, tras lo cual regresaron a Bakersfield y se establecieron para criarlos ahí, donde se habían conocido.