¿Por qué mentimos? Muchos de nosotros hemos dicho alguna “mentira piadosa” para quedar bien o para omitir algún “detalle” que nos pueda apenar; no obstante, un estudio realizado por científicos británicos reveló que la mayoría de las personas miente para parecer más lindo o para referirse a su nivel de educación.
El 53% de los encuestados aseguró que utiliza diferentes objetos, como gafas o trajes formales, para parecer especialista en determinado tema. Por otra parte, el 52%, en su desesperada búsqueda de una imagen más refinada, guarda en sus hogares libros, entre los que están: “Guerra y paz” de León Tólstoi, o “1984” de George Orwell, para lucir más educado.
El 11% miente en su puesto de trabajo y el rango profesional para parecer más inteligente.
Según los científicos británicos, esta acción de engañar a los demás tiene el objetivo de aparentar ser más intelectuales y así atractivos sexualmente. A contiuación, las 10 mentiras más comunes:
Usar lentes de cristal totalmente transparente. Desde siempre el uso de anteojos ha sido identificado con personas inteligentes, o mejor dicho, “sabelotodos”.
Escuchar música clásica o jazz. Un 20% de las personas que fueron encuestadas afirmaron escuchar estos géneros musicales tan solo para parecer más listos.
Leer en su tiempo libre. Aunque en realidad estén pensando en qué van a comer ese día, o qué se van a poner por la noche. Y es que al ser un hábito poco común en algunos países, es por eso que se cree que los lectores son muy inteligentes.
Retwittear un tweet inteligente en Twitter. Siempre queda mejor en las redes sociales hacer notar que te interesas por temas profundos antes que por cosas que carecen de sentido o muy populares.
Hablar de política. Al parecer cuando te oyen hablar sobre impuestos y leyes, todo el mundo cree que eres un enterado, aunque, en realidad, sólo sepas lo básico.
Leer una revista “seria”. Para algunos es mejor llevar la National Geographic en la mano aunque en la bolsa o mochila guarden la revista de chismes.
Compartir algo intelectual en Facebook. Muchos lo hacen, pero en realidad mueren de ganas por postear algún video gracioso, que tampoco está mal, porque denota tu sentido del humor.
Hablar de literatura y arte. Tenemos una idea muy equívoca sobre estos temas y la inteligencia. Solamente se trata de gustos, pues si a ti te gustas los cómics, también es literatura y arte.
Visitar una galería de arte. Puedes hacer check-in si pasas por una galería y comentar qué exposición está por el momento, pero eso no te hará más interesante.
Pedir vino con la comida. Los refrescos nunca han sido una bebida muy sofisticada. Por esto, los que aparentan tener un gusto refinado para comer, se muerden la lengua y piden vino, aunque les parezca una bebida costosa.