Vence plazo para la ley migratoria en Estados Unidos

Ley Migratoria

El presidente Barack Obama afirmó ayer que el único obstáculo para la aprobación de una reforma migratoria es político, mientras activistas hispanos buscan presionarlo para que adopte medidas administrativas y detener o evitar las deportaciones.

Obama afirmó que el punto de la reforma migratoria no está en si será aprobada, sino en el cuándo. Pero literalmente ya no hay tiempo para cambios legislativos y ahora la presión cambia hacia la adopción de medidas administrativas.

Algunos activistas, encabezados por el diputado demócrata Raul Grijalva, de Arizona, promueven que ante la renuencia de los republicanos para abordar la reforma, el Presidente use su autoridad para ampliar el programa de acción diferida y suspenda las deportaciones de posibles beneficiarios de la reforma migratoria.

Mientras tanto, el mandatario estadunidense y su esposa visitaron ayer a los protagonistas de un ayuno que desde hace más de dos semanas pretende presionar a los líderes republicanos de la Cámara baja para que programen un voto en torno a una ley de reforma migratoria similar a la aprobada hace cinco meses por el Senado.

“El Presidente les dijo que no es una cuestión de si la reforma migratoria será aprobada sino qué tan pronto”, dijo un funcionario de la Casa Blanca.

Pero a sólo unos días de que termine el año legislativo, la inmensa mayoría de expertos en migración y analistas políticos consideran que una solución por vía congresional es virtualmente imposible y a cambio resulta viable que se tomen  acciones administrativas.

De acuerdo con el calendario de Eric Cantor, el líder de la mayoría republicana en la Cámara baja, quedan literalmente ocho días legislativos y el último voto programado está fijado para “no más tarde de las 15 horas” del viernes 13 de diciembre.

Eso implica que no hay tiempo siquiera para examinar alguna de las propuestas de ley en que los republicanos dividieron su propia proposición de modificación de leyes migratorias.

A cambio, Grijalva por un lado y grupos de jornaleros por otro, creen que el presidente Obama está en condiciones de dictar medidas administrativas como las usadas para ayudar a los “Soñadores” (jóvenes que crecieron en Estados Unidos traídos por padres indocumentados y no conocen otro país que éste) y para limitar o evitar deportaciones.

De hecho, hacen hincapié en que el gobierno de Obama tiene la marca de mayor número de deportaciones.